Correspondencia: Pablo Ruiz Sada. c/ San Fermín, 38. Ablitas (Navarra) cp.: 31523. Email: pablitasitas@gmail.com
RESUMEN
Estudio descriptivo de los casos de Enfermedad por Micobacterium Kansasii (EMK) que cursan ingreso en un hospital terciario durante un período de 20 años. Se analizaron retrospectivamente 22 casos encontrándose por un lado datos dispares respecto a lo descrito en la literatura previamente y por otro una tendencia temporal estable en un área, de por sí, con alta incidencia de la EMK.
Mycobacterium kansasii (MK) forma parte de un gran grupo compuesto por 125 micobacterias no tuberculosas descritas hasta el momento. Junto con otras como el complejo Mycobacterium avium intracellulare, M. chelonae, M. marinum y M. xenopi, entre otros, son llamados patógenos oportunistas1. El MK es, de entre este grupo, la segunda especie en frecuencia tras el Mycobacterium avium intracellulare (MAC) y se le atribuye una gran capacidad virulenta, cuando asienta sobre pacientes con secuelas de tuberculosis previa, inmunodeprimidos o individuos VIH en el estadío 3 de la enfermedad1.
El hábitat natural de esta micobacteria no se conoce con exactitud, pero se presume que los reservorios de este agente infeccioso se pueden encontrar en el agua de los acueductos, el suelo y los alimentos2. La infección por MK puede afectar a pacientes de cualquier sexo, raza o edad y no se ha demostrado la transmisión de la infección de hombre a hombre o de animal a hombre
La Enfermedad por Micobacterium Kansasii (EMK) se distribuye geográficamente de manera muy diversa variando en zonas de Europa desde un 0,5 hasta un 16.6 casos por 100.000 habitantes3. En el País Vasco, sin embargo, se ha reportado llamativamente un importante número de casos de EMK, existiendo trabajos fechados a principio de década que así lo describen4. Los autores se preguntan, sin embargo, si la EMK mantiene una tendencia temporal estable en el área de Bilbao.
MATERIAL Y MÉTODO
Con el objetivo de describir los casos de Enfermedad por Mycobacterium Kansasii (EMK), que hayan justificado ingreso hospitalario en HCU Basurto desde el año 1994 hasta la actualidad se han revisado las historias clínicas y se ha realizado el análisis estadístico con SPSS. Este análisis descriptivo se efectuó exclusivamente con el sistema Global-Clínic.
Se consideraron los casos definitivos de EMK aplicándose los criterios de la ATS5 así como los criterios de los Centers for Disease Control de 1993 para el diagnóstico de VIH o SIDA6.
Se midieron variables cuantitativas continuas como la edad, utilizándose la N, media y desviación típica. Como variables cualitativas, utilizándose frecuencias y porcentajes del sexo, factores de riesgo (ambiente urbano, tabaco y alcohol), comorbilidades presentes al diagnóstico (VIH, EPOC, neoplasia activa, trasplante, toma de corticoides), estadío de VIH (<500 CD4, 500-300 CD4 y <300 CD4), formas de presentación (sintomatología respiratoria, anemia, síndrome general, fiebre, clínica gastrointestinal o cutánea) y de patrón radiológico, estancia hospitalaria prolongada, ingreso en UCI, uso de tratamiento estándar (régimen de más de 9 meses que incluya etambutol) y mortalidad a 5 años.
Se comparó entre variables cualitativas la presencia de VIH o no, como su estadío al diagnóstico con la forma de presentación, el patrón radiológico y la mortalidad. Además, se intentó relacionar la presencia o no de VIH con el desarrollo de afectación extrapulmonar o no.
RESULTADOS
Se analizaron e incluyeron 22 pacientes en total, en la base de datos. El 90,9% varones y el resto mujeres. Con una media de edad de 53,68 años y se observó mayor incidencia en menores de 60 años (Figura 1). Se constató una tendencia temporal estable, existiendo 5 casos en los últimos 3 años. Figura 1
En cuanto a los factores de riesgo analizados se observa que 77,3% de los pacientes viven en ambiente urbano, que el 63% bebe y el 95,5% es fumador. De las comorbilidades asociadas a la EMK en la literatura, en nuestra serie destaca la presencia de infección por VIH, el uso de corticoides y neoplasia activa (Tabla 1). De los infectados por VIH, solo 1 presentaba una cifra >300 CD4 (Figura 2).
COMORBILIDAD
FRECUENCIA
VIH
68,2%
Corticoides
27,3%
Neoplasia activa
22,7%
Diabetes
0%
Inmunosupresión
0%
Transplantes
0%
Enfermedad renal crónica
0%
Figura 2
Clínicamente, nuestros pacientes presentaron mayoritariamente sintomatología respiratoria y anemia (Tabla 2) y solo un 13,6% de casos cursaron con afectación extrapulmonar. Radiológicamente hablando queda patente la preponderancia de los infiltrados y las cavitaciones frente al resto de patrones radiológicos (Figura 3) y desde el punto de vista del tratamiento el 86,4% fue tratado con una combinación que incluyese Etambutol (junto con R + H + Pz o R +H) durante 12 meses.
FORMA DE PRESENTACIÓN
FRECUENCIA
Síntomas respiratorios
86,4%
Anemia
63,6
Síndrome general
40,9%
Fiebre
36,4%
Gastrointestinal
13,6%
Cutáneo
13,6%
Figura 3
Ninguno de los pacientes fue ingresado en UCI y el 54% requirió una estancia hospitalaria prolongada de más de 7 días. Se observa una mortalidad a 5 años del 50%.
En cuanto al análisis comparativo, en nuestra muestra no se encontraron diferencias significativas. El estadístico utilizado fue el de un test no paramétrico (U Man whitney), debido al pequeño tamaño de la muestra y a que no seguía una distribución normal (comparándose rangos) para las variables cualitativas y Xi cuadrado para las dicotómicas.
DISCUSIÓN
Desde el año 1994, 259 son todos los casos de Micobacterias Atipicas ingresadas en el hospital de Basurto. Si contabilizamos los ingresos por enfermedad por MicobacteriasTípicas y Atípicas suponen 2094. Después de la importante mejoría en todos los ámbitos de la atención sanitaria de los que somos testigos en los últimos años, patógenos clásicos como el MK sigue estando presente en áreas concretas de la geografía. El hecho de haber realizado el estudio en el área de Salud de Bilbao, probablemente condicione este punto, así como la alta tasa de infección por VIH presente en nuestra muestra (78.2%).
Encontramos datos contrarios a lo descrito previamente en la literatura, como es la predominancia de sintomatología de esfera respiratoria y los pocos casos de micobacteriosis extrapulmonar. Habitualmente, la extensión de la EMK se relaciona positivamente con la presencia de VIH7. Existiendo en nuestra muestra un predominio de pacientes infectados por VIH, nos resulta interesante. Encontramos, sin embargo, similitudes con lo previamente reportado, como es el hecho de que la mayoría de los regímenes de tratamiento (86,4%) incluyen Etambutol y que la mortalidad a 5 años sea del 50%.
Para terminar, señalar que tanto el escaso número de casos como su procedencia limitan y sesgan en parte los resultados.
CONCLUSIONES
Parece claro tras analizar los datos, que MK sigue siendo un patógeno importante en ciertas Áreas de Salud. Teniendo en cuenta los datos respecto a mortalidad a 5 años creemos que se precisa de más estudios para evaluar si supone o no un problema de salud
BIBLIOGRAFÍA
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